Los vidrios para ventanas están disponibles en varios tipos, cada uno con sus propias características y beneficios. Aquí te presentamos algunos de los tipos más comunes:
Vidrio simple: es el vidrio estándar utilizado en la mayoría de las ventanas. Es económico, pero no tiene propiedades especiales en términos de eficiencia energética o seguridad.
Vidrio doble: es una opción popular para mejorar la eficiencia energética de tu hogar. Está compuesto de dos paneles de vidrio con una capa de aire en el medio, lo que reduce la transferencia de calor y ayuda a mantener la temperatura de tu hogar.
Vidrio laminado: está compuesto de dos o más capas de vidrio con una capa intermedia de material de plástico. Es resistente a la rotura y puede mejorar la seguridad de tu hogar, ya que se mantiene unido en caso de rotura.
Vidrio templado: es un vidrio de seguridad que se rompe en pequeños fragmentos redondos y lisos en caso de rotura. Es ideal para su uso en áreas de alto riesgo de rotura, como puertas y ventanas de grandes dimensiones.
En general, elegir el tipo de vidrio adecuado para tus ventanas puede mejorar significativamente la eficiencia energética y la seguridad de tu hogar. Si vives en una zona con temperaturas extremas, puede ser una buena idea optar por vidrios dobles para reducir la transferencia de calor y mantener la temperatura de tu hogar. Si buscas mejorar la seguridad de tu hogar, los vidrios laminados o templados pueden ser una excelente opción.